¡¡CONTROL, CONTROL!! ¿SABEMOS LO QUE ES?
- Miriam Gómez Sanz

- 9 sept 2003
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 4 oct 2023
10 de septiembre de 2003
Querido cibernauta:
Debe estar ansioso por desentrañar los secretos de nuestro futuro próximo. Sin embargo, la paciencia es una virtud. Por ello, permítame, antes de nada, reflexionar sobre el control, para así poder comprender mejor cómo será ejercido a través de Internet.
Al tratarse de un concepto tan abstracto, puede resultar complicado definirlo. Cuando pensamos en control, se nos vienen a la mente palabras como mando, dominio, vigilancia, poder o autoridad. Entendemos el control como lo contrario al caos, como una estrategia de administrar el statu quo social, un instrumento de dominación legitimado por la mayoría que evita las desviaciones.
El control se puede aplicar a través de leyes, usos, costumbres y más vías que ejercen presión en la conducta social del individuo. Existen numerosas maneras en las que se puede ejercer el control, que podemos organizar en varios tipos. En primer lugar, se encontrarían las normas sociales que el propio sujeto tiene tan interiorizadas que actúa en función de ellas sin darse cuenta. A esto lo llamaríamos control de acción. Sin embargo, no siempre es suficiente con estas normas sociales y cuando alguien comete una acción desviada, la sociedad debe llevar a cabo ciertas acciones para ponerle fin, como controles estatales por la fuerza, legales o penales (control de reacción). También existe un control difuso muy importante llevado a cabo por la religión, la familia, los medios de comunicación, los grupos políticos, etc. También son elementos de poder aquellas instituciones que se utilizan para regular la conducta, como las cárceles, psiquiátricos, orfanatos, asilos, escuelas, centros de rehabilitación, monasterios, … (control formal). Por último, hablamos de control informal para referirnos a todo un proceso que disciplina al individuo. Comienza en la familia, pasa por la escuela y el trabajo, y consigue que nos volvamos conformistas y nos acostumbremos a obedecer las normas. Cuando este control falla, es cuando entra en juego el formal.
Con la nueva era digital, han aparecido múltiples formas novedosas de control. Desde el chip geolocalizador que todos llevamos en nuestros teléfonos móviles, pasando por las cámaras que captan todos nuestros movimientos, hasta los nuevos valores que imponen las redes sociales. En las próximas entradas, analizaremos la historia del control desde el origen de los tiempos hasta nuestros días, y reflexionaremos sobre la necesidad (o no) de que haya control en nuestras vidas. ¡Hasta entonces!




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